Como hemos visto, el caldo es uno de los ingredientes fundamentales del risotto. Dependiendo de la clase de ingredientes adicionales que utilicemos para las recetas (verduras, carne, pescado), elegiremos uno de estos tres caldos para risotto: caldo de verduras, caldo de carne, caldo de pescado.
El caldo de verduras
El caldo de verduras es el que lleva los ingredientes más fáciles de conseguir (cebollas, zanahorias, puerros, etc.) aunque es importante tener en cuenta que su preparación implicará dos horas de cocción. Es, sin duda, el más versátil de los tres caldos para risotto. Está especialmente indicado para las recetas con verduras pero, en caso de no disponer de otro tipo de caldo, lo podrás utilizar también para las recetas de carne o pescado. Su sabor delicado no cubrirá el de los ingredientes, sino que ayudará a realzarlos.
El caldo de carne
El caldo de carne debería usarse con recetas de carne, aunque se podrá usar en recetas de verduras en caso de no disponer del caldo específico. Su elaboración puede tardar un par de horas y prevé la utilización de carne de ternera y/o gallina, pollo y algunas verduras. De los tres tipos de caldos para risotto, el caldo de carne es normalmente el caldo más contundente.
El caldo de pescado
El caldo de pescado, a diferencia de los demás, se utiliza tradicionalmente solo con recetas de risotto que prevén pescado o marisco entre sus ingredientes. Su elaboración es bastante más rápida que los otros caldos para risotto ya que se prepara en unos 30 minutos, aunque implica disponer de cabezas y espinas de pescado blanco, además de algunas verduras.
La preparación de los caldos para risotto
Dado que la preparación de los caldos para risotto puede ser larga, te recomendamos que prepares los caldos con cierta antelación y los conserves congelados, dejándolos descongelar en la nevera la noche previa a la elaboración del risotto. En el momento de utilizar el caldo para el risotto, éste deberá estar muy caliente, así que junto a la cacerola o sartén que utilizaremos para el arroz, tendremos que mantener el caldo caliente sobre otro fuego.
Siempre es preferible utilizar un caldo casero, pero en el caso en que quieras preparar el risotto y no tengas preparado el caldo con antelación, por supuesto podrás utilizar un caldo en brick del supermercado. Si decides preparar un risotto en el último minuto y ni siquiera puedes disponer de un caldo comprado, no hay problema, puedes siempre utilizar un caldo en pastilla disuelto en el agua hirviendo o incluso solo agua hirviendo con un poco de sal, aunque en términos de sabor el resultado perderá bastante.
Recuerda que el caldo es importante porque le dará sabor al risotto, pero lo fundamental es que lo añadas caliente al risotto, así que aunque utilices agua para mojar tu risotto, deberás tenerla siempre en un cazo al fuego.
Ya conoces cuáles son los ingredientes del verdadero risotto, y en la parte cómo hacer risotto te contamos de manera sencilla todos los pasos para realizar este estupendo tipo de plato, por lo que no tienes excusa para no disfrutar en casa de un auténtico risotto al estilo italiano.